Uno de mis muchos placeres en los fríos días de lluvia, que aquí son muchos, es taparme con una manta y ojear revistas de cocina hasta encontrar alguna receta que me motive lo suficiente como para destaparme, levantarme de mi rincón y ponerme manos a la obra....
INGREDIENTES:
Para la masa:
3 huevos
150 gr. de azúcar
120 ml. de aceite de girasol
Unas gotas de esencia de vainilla
500 gr. de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
2 cucharadas de cacao el polvo desgrasado
Para el relleno:
600 ml. de leche
Unas gotas de esencia de vainilla
3 huevos
100 gr. de azúcar
80 gr. de harina
Para decorar:
Azúcar glass
Nueces
Para preparar la crema: Mezclamos la leche y la vainilla y reservamos. En un cazo ponemos los huevos, el azúcar y la harina. Removemos hasta que todo quede mezclado sin grumos. Añadimos la leche y ponemos a calentar a fuego lento, lo removemos sin parar hasta que tengamos una crema densa. La retiramos, cubrimos con un film transparente y dejamos enfriar.
Para la masa: Ponemos en un bol los huevos junto con el azúcar, el aceite, la vainilla y el cacao. Mezclamos. Vamos añadiendo la harina mezclada con la levadura. Amasamos.
Dividimos la masa en dos partes. Extendemos una parte con el rodillo y la colocamos sobre un molde para tartas previamente engrasado con mantequilla. Vertemos la crema que teníamos enfriando dentro.
Estiramos la otra parte de la masa tapamos la tarta sellando bien los bordes. Hacemos unos agujeros en la superficie con un palillo.
Metemos en el horno precalentado a 180º durante unos 40 minutos.
Sacamos del horno y dejamos enfriar. Yo para decorarla espolvoreé azúcar glass sobre una plantilla de flores y añadí unas nueces.
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